visite la página web yotehagotudiscurso.com

Utopía

Todas las utopías beben de la misma fuente: la idealidad de in illo tempore. Ya sea basada en términos materialistas (Marx), antropológicos ...

lunes, 23 de octubre de 2017

Utopía

Todas las utopías beben de la misma fuente: la idealidad de in illo tempore. Ya sea basada en términos materialistas (Marx), antropológicos (Feuerbach), psicológicos (Freud) o morales (Nietzsche), el surgimiento intrahistórico del nuevo ser humano sólo acaecerá por una ruptura traumática que haga re-florecer un nuevo hombre y una nueva sociedad. Hay que descargar al mundo de la pesada carga de la historia y devolverlo a aquel estado de desnuda inocencia.
Un caso ciertamente curioso es el intento de muchos sudamericanos y occidentales de no acudir tan lejos como al "lejanísimo" in Illo tempore, para denostar la gesta española del Descubrimiento y posterior colonización. Previamente a la escritura nos acercamos ciertamente a tientas sobre la Prehistoria, con sus escasos datos, a fin de comprender algo de lo que entonces sucedió. Pero en el caso español en América, es tan reciente, que cuando en las bocas de insensatos y mentecatos se escucha lo que se escucha, ello no puede producir sino asombro ante tal ignara legión. Con la boca abierta escuchamos referencias a un pasado ideal maya o azteca. Incluso considerando a D. Bernal Díaz del Castillo, cronista de Hernán Cortés, un colosal mentiroso, el hecho de que tan solo 400 hombres conquistaran todo un Imperio sojuzgado y aterrorizado por Moctezuma, nos podría llevar a dos conclusiones: una, que Hernán Cortés era en realidad Dios o, esta más plausible, que fue ayudado por miles de indios hartos de la tiranía del azteca. Tan solo considerando que en la religión azteca era dios el que se comía a los hombres (sacrificios humanos), mientras que en la cristiana eran los hombres los que se comían a Dios (Eucaristía), debería bastar para inclinarnos a creer en una mayor simpatía de los indios por nuestra espiritualidad que por la suya. Sin más profundización, creo que es obvio que hablar un pasado ideal indio es una gigantesca memez.
Si preguntáramos sobre que piensa de Adán y Eva a cualquier mamporrero del actual Process en Cataluña, con toda seguridad que contestarían que son mitos, mentiras y engañifas con la que la Iglesia adoctrina a unos cuantos alienados. Creo que se sorprenderían si acertaran a comprobar que el mecanismo utópico actúa exactamente igual en ambos casos: un pasado ideal roto y necesitado de restauración. En el caso bíblico ese "pasado" ideal no es tal, sino que la idea de Dios de la armonía del Paraíso para el hombre queda rota cuando el Mal atraviesa la Historia en el momento que el Hombre quiere ser Dios; de este modo, esta armonía, la felicidad, no será alcanzada sino en la escatología, en el final de los tiempos. Pero ya vino un hombre a este mundo, el cual, venciendo el Mal, ha abierto definitivamente esa esperanza de plenitud del hombre de una forma metahistórica, más allá de la Historia. Fijémonos ahora en el utopismo catalán: los más osados fijan esa ideal sociedad catalana incluso en la España prerromana; a ello le siguen disparates tan diversos como que Cataluña era la perla del Imperio Romano, que Carlomagno era catalán, que el Primer Parlamento de la Historia fue en Cataluña (en palabras del gran historiador Pep Guardiola), que Colón fue Catalán, que Carlos V se retiró en Sitges...y algún día escucharemos que la Virgen María nació en Sabadell. Asimismo, en el País Vasco apelan a esa España no romanizada (por la oposición de los valerosos gudaris vascos), en la que sus ancestros se amaban tiernamente y en sus despensas nunca faltó de nada.
Pues bien, todas, todas estas utopías están necesitadas de un siniestro plan para su implantación: la revolución. En el caso comunista, anhelando llegar a la fase final, la Anarquía, se ha quedado en autarquía y tiranía con regueros kilométricos de sangre de inocentes. En el caso catalán es la abierta sublevación contra el Estado Español la que devendrá en esa ideal sociedad catalana en la que volverán a comer en taparrabos uvas silvestres en franca armonía. Antes repetí el término "todas" dos veces. En efecto, también considero a la utopía cristiana como necesitada de una revolución para establecer finalmente su utopía pero, a diferencia del carácter siniestro de las demás, la revolución del cristianismo es la revolución del amor. Sólo el amor es capaz de implantar transitoriamente el Reino de Dios, para establecerse de forma definitiva más allá de la muerte.
Los dos sistemas políticos más letales de la Historia han estado basados en utopías: la restitución de la pureza aria en un nuevo Reich alemán que duraría mil años, y el comunismo que ha asesinado a más de cien millones de seres humanos. A fecha de hoy nos acercamos rápidamente a la fase revolucionaria previa al surgimiento de esa sociedad feliz catalana: esa que brinda con cava (que no sé quién fabricará ni venderá) y come los calsots que crezcan en el Parque Güell, que vive como okupas en las casas enajenadas a sus dueños, compartiendo parejas en un país de yupi donde los celos han desaparecido; en definitiva, a esa ideal Cataluña surgida del enterrado mundo Neandhertal y que fue hostigado por el Sapiens castellano, a ese idílico pueblo cuyo legendario Jefe, Fernando de Aragón, fue hostigado y posteriormente violado y amenazado por la siniestra castellana Isabel, obligándole a apodarse "Católicos" y a entregarle todos los Paísos Catalans, a esa comunidad ideal que en franco amor se batieron contra el tirano Felipe V... en fin, a esos adanes y evas que tan solo han existido en las mentes de toda esta caterva de resentidos.

jueves, 5 de octubre de 2017

La importancia del uso correcto del término

¿Es realmente tan importante o decisiva la terminología que empleamos en determinados asuntos? Sin duda. Para analizarlo, detengámonos en el término "sofisma". La RAE lo define como "razón o argumento falso con apariencia de verdad". ¿Podría actuar un sofisma como arma letal contra la paz social? Sin duda. La situación actual en Cataluña es buena muestra de ello. Pasemos a analizar la capacidad destructora del sofisma.
En primer lugar, creo que el sofisma, para mostrarse en toda su repugnante acción, necesita de una gran amiga: la falacia ad nauseam. Esto es, repetir e insistir tanto en una afirmación, sea esta falsa o verdadera, hasta que se instale en nuestro magín, en nuestro ADN. Claro ejemplo de ello es el tan manido "conflicto vasco". La etimología del término conflicto explica que es una composición de dos términos: "con" y "fligere". El primero de ellos siempre es usado cuando hay más de un agente en cuestión; con el segundo, nos referimos a un acto violento, un golpe o un pleito. Es decir, que el dolorosísimo problema causado por la banda de energúmenos de ETA halló luz porque convergió la violencia del Estado Español (que tanto gustan de usar los secesionistas) con la violencia etarra. En definitiva, tanto se repitió (ad nauseam) el término "conflicto", que terminó por calar en el pueblo español con el paso de los años. Pero la realidad es que aquello no era un conflicto, era una agresión en toda regla. Y las agresiones se repelen y se neutralizan; los conflictos se solucionan con negociaciones.
En la época del Gobierno del Presidente González, con pírrico apoyo internacional y unas estructuras del Estado a la sazón débiles, el problema terrorista se abordó como una combinación de ambos: respuesta policial y judicial y puntuales negociaciones, si bien estas últimas infructuosas por las exigencias de los terroristas. Con el Presidente Aznar, con unas estructuras estatales y una democracia mucho más consolidadas se halla un punto de inflexión: el vil asesinato de la hija de un guardia civil en Santa Pola y un transeúnte el 4 de agosto de 2002. Aznar deja sin permiso veraniego a los pesos pesados de su Gabinete y emprende la ilegalización de Herri Batasuna, que se produciría el 28 de marzo de 2003. Todo el aparato del Estado se pondría en marcha para repeler la violencia terrorista. El ex-presidente Aznar percibió nítidamente que no era precisamente un conflicto que había que solucionar; era una agresión a la Nación Española y su Estado de Derecho y aquello había extirparlo. Increíblemente, con el enemigo ya agonizando, el Gobierno de Zapatero vuelve a asociar el problema terrorista a un conflicto, por lo que emprende una solución negociada. Con el enemigo moribundo, y a punto de una rendición incondicional, se le concedió al conflicto una solución negociada. ¿Resultado? Hoy día tenemos a esa repugnancia humana en despachos con responsabilidad política. Para llorar.
¿Qué término aplicaríamos a la invasión de Kuwait por parte de Sadam Hussein: "conflicto" o "agresión"? Evidentemente el segundo de ellos. La respuesta internacional así lo interpretó y en tal sentido actuó en consecuencia: devolvió al ejército invasor a su lugar de procedencia por la fuerza. Si lo hubieran considerado como un conflicto no nos quepa duda de que el tirano hubiera mantenido su presencia de algún modo en aquel país.
De momento, y pidamos porque así continúe, al problema actual en Cataluña se refieren los medios de comunicación y la mayoría de las personas como "la cuestión catalana". Supongo por el nefando recuerdo del "conflicto vasco". Pero, ¡aquí asoma lo más irracional del tema! La "cuestión catalana" es verdaderamente una imprecisión, una ambigüedad. ¿Qué cuestión: la sanitaria, la educativa, el paro? ¡En este caso sí que asistimos a un conflicto! Evidentemente la Nación Española no ha golpeado ni ejercido violencia sobre Cataluña, antes bien, todo lo contrario. Los sucesivos gobiernos de la democracia han maleducado al infante, y este ha terminado por revolverse contra él. Dice el genial juez Calatayud que cuando juzga a un menor, piensa que quien realmente debería de estar sentado en el banquillo serían sus padres. Creo que el paralelismo no puede ser más afortunado. Los gobiernos sucesivos del PSOE y el PP tienen una responsabilidad enorme en el desarrollo del monstruo. Ahora no cabe echarlo de casa o aplastarlo por la fuerza. Sólo existe una posibilidad: reeducarlo, como se debe reeducar al hijo delincuente que ha de ser readmitido en la casa. Y esta reeducación sólo puede conseguirse mediante la vuelta casa, en la que el díscolo hijo no tendrá más remedio que someterse a la autoridad de la ley y la democracia, que es la que gobierna esta casa que se llama España y en la que todos los españoles somos sus hijos. Es la única vía de superar este conflicto.

lunes, 25 de septiembre de 2017

¡Te invito a que visites mi página web, en la que se ofrece un mundo de posibilidades sobre nuestra preciosa lengua española!

http://yotehagotudiscurso.com/

miércoles, 19 de julio de 2017

Comentario al Prólogo de San Juan


Buenas tardes. En esta colosal obra teológica que es el Prólogo de San Juan, nos situamos en dos planos: por un lado, tenemos el del Misterio de la Trinidad, y por otro, el del mundo de los hombres y lo creado. Antes de la venida de Cristo, se establecen puentes entre estos dos planos, que podríamos llamarlos mediaciones: la Creación, los Autores bíblicos inspirados, los Patriarcas, los Profetas…pero con el Misterio de la Encarnación, este tipo de puentes desaparecen: ahora es la segunda persona de la Trinidad, el Hijo, el que, encarnándose en el seno de una virgen judía, une definitivamente estos dos planos poniendo su tienda en un pesebre de Belén. Esta tienda, símbolo de la presencia acompañante de Dios a los hebreos en su periplo por el desierto, repitámoslo, se instala en un establo. Y ello será reconocido por personas socialmente muy bajas, como eran los pastores en aquella época y por unos reyes extranjeros.

Hoy día el mundo está lleno de tiendas con Jesús hecho niño acampado y muy pocos lo perciben: está en las figuritas de Navidad del Mercadillo de Berlín, en el que la violenta sinrazón sesgó tantas vidas; está en Oriente Medio, donde tantos hermanos nuestros sufren atrocidades; también tiene su tienda permanente en aquellas celebraciones eucarísticas africanas en las que a veces son sacrificados tantos cristianos; en definitiva, acampó entre nosotros: donde hay sufrimiento, acompañando y consolando; y donde hay alegría, alegrándose con nosotros. Y ello es así porque ha querido hacerse uno de los nuestros. Ahora bien, debiéramos tener muy presente en estas fechas la paradoja de que, si bien la palabra Navidad donde aparece fundamentalmente es en los centros comerciales, será ahí precisamente donde sea más difícil ver al niño Jesús. ¡Qué gran misterio este! ¡Todo un Dios que nos nace en lugares que nuestra lógica humana rechaza como nos dice San Juan en el Prólogo!